Saray Robayo y Emilio Tapia: el escandaloso romance entre una congresista y un contratista corrupto

El amor detrás de las rejas: Saray Robayo vinculada sentimentalmente con Emilio Tapia

Desde hace meses se venía rumorando en los pasillos del poder costeño y en los corredores judiciales: Emilio Tapia, el cerebro detrás del Carrusel de la Contratación y del escándalo de Centros Poblados, no solo había conseguido trasladarse a una cárcel más cercana a su mansión en Barranquilla… también habría conquistado el corazón de una influyente congresista.

Se trata de Saray Robayo Bechara, representante a la Cámara por Córdoba, heredera del clan político que lleva décadas manejando el poder en el departamento. Según fuentes cercanas al penal y a círculos políticos de la Costa, la relación habría nacido durante una de las visitas autorizadas a Tapia, quien ha sabido convertir las rejas en una extensión de sus oficinas.

Tapia, conocido por su habilidad para moverse entre políticos, contratistas y favores judiciales, habría entablado una cercanía con la congresista que fue creciendo entre cartas, llamadas y encuentros discretos. Una relación que hoy estaría en su punto más fuerte, pese a los líos judiciales de él y las implicaciones éticas y políticas para ella.

Mientras Tapia enfrenta varios procesos por desviar recursos públicos —incluidos $70 mil millones destinados a llevar internet a niños pobres—, Saray Robayo mantiene su curul en el Congreso, blindada por una maquinaria electoral sólida y silenciosa.

Ambos, oriundos de Córdoba, comparten más que un departamento natal: comparten influencias, círculos sociales, y ahora, según se comenta, también un lazo sentimental que ha generado incomodidad hasta en las altas esferas del poder judicial.

Hasta ahora, ni Tapia ni la congresista han confirmado ni desmentido la relación. Pero como bien se sabe en la Costa: “cuando el río suena, es porque ya los parientes lo están comentando en voz baja”.