La leyenda del fútbol costeño compartía con su familia durante el cumpleaños de su sobrino cuando se desplomó repentinamente; minutos antes había estado sonriendo y tomando fotos |
El hecho ocurrió en el barrio Villasilvania, al sur de Barranquilla, donde se celebraba el cumpleaños de su sobrino, un niño de apenas tres años. La reunión transcurría con alegría, piñata, música y fotos familiares. Testigos aseguran que Bolaños se mostraba tranquilo, sonriente y en buen estado de salud, saludando a todos con su habitual carisma.
Sin embargo, la tragedia se desató en cuestión de segundos. Mientras observaban cómo los niños jugaban alrededor de la piñata, Bolaños se sentó en una silla plástica y de pronto se desplomó sin emitir palabra. De inmediato, familiares y vecinos intentaron auxiliarlo, pensando que se trataba de un desmayo, pero el exjugador ya no respondía. Fue trasladado de urgencia a un centro asistencial, pero allí confirmaron que había sufrido dos infartos fulminantes.
“Estuvo tomándose fotos con los niños, estaba feliz, como siempre… en ningún momento se quejó de nada. Solo se sentó y se fue”, relató un familiar visiblemente afectado. El paso del júbilo al horror fue tan abrupto que los presentes quedaron en estado de shock.
Bolaños era considerado un referente del fútbol costeño. Dueño de una zurda exquisita y una trayectoria que dejó huella tanto dentro como fuera de las canchas, se ganó el cariño del pueblo barranquillero y de miles de seguidores en el país. Su partida ha causado una ola de reacciones entre excompañeros, clubes y fanáticos, quienes lamentan profundamente la pérdida de uno de los grandes talentos que dejó el Caribe colombiano.
Las autoridades forenses confirmaron que la causa de la muerte fue un infarto fulminante, posiblemente ligado a un segundo evento cardíaco ocurrido minutos después. Su cuerpo será velado en Barranquilla, donde familiares, amigos y admiradores se preparan para rendirle un último adiós al ídolo que, hasta el final, vivió rodeado de los suyos.
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