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Según fuentes de la zona, el hurto que habrían cometido los hermanos no fue denunciado ante las autoridades judiciales, sino a un grupo criminal |
Freider fue el primero en caer. El pasado 1 de abril, sicarios lo acribillaron en el corregimiento Torrente, una zona indígena donde ambos residían. Cinco días después, el turno fue para Kevin, quien tras salir de un trabajo de albañilería fue interceptado por dos sujetos en moto. El parrillero le disparó sin mediar palabra, impactándolo en el rostro y la cabeza.
Según fuentes de la zona, el hurto que habrían cometido los hermanos no fue denunciado ante las autoridades judiciales, sino que fue reportado directamente a un grupo criminal, el cual habría tomado represalias, ejecutando a los supuestos responsables.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido un pronunciamiento oficial sobre los hechos ni confirmado si los asesinatos están conectados entre sí o si forman parte de un ajuste de cuentas. La comunidad permanece en silencio, mientras el temor crece entre los habitantes del corregimiento.
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