Adiós al profesor 'Bambazú', el gestor cultural que dejó huella en Ayapel, Córdoba

Hoy, Ayapel despidió a un hombre que sembró una semilla de identidad y orgullo en Ayapel, Córdoba. Las enseñanzas del profesor  'Bambazú' quedarán en la memoria colectiva de quienes lo conocieron y aprendieron de él.

José Heriberto Mosquera Perea, conocido como 'Bambazú', dedicó su vida a resaltar la identidad cultural del San Jorge. Fundador del Ballet Folclórico de Ayapel, su legado seguirá vivo en cada danza y tradición de la región.

José Heriberto Mosquera Perea, mejor conocido como 'Bambazú', falleció dejando un vacío inmenso en la cultura de Ayapel, Córdoba. Aunque no nació en esa tierra, fue considerado uno de los más auténticos ayapelenses, gracias a su incansable labor por preservar y promover las tradiciones folclóricas del pueblo y de toda la región del San Jorge.

Mosquera se convirtió en un referente cultural por su capacidad de analizar y defender las raíces del Caribe colombiano. Su legado más visible es el Ballet Folclórico de Ayapel, grupo que fundó y que sirvió como inspiración para numerosas agrupaciones de danza en el bajo Cauca y el San Jorge. Gracias a su esfuerzo, estas expresiones culturales alcanzaron reconocimiento a nivel nacional.

José Heriberto Mosquera nació lejos de Ayapel, pero su conexión con esta tierra fue tan profunda que se convirtió en uno de sus máximos representantes culturales. Con un carisma único y un profundo conocimiento del folclor, 'Bambazú' recorrió las ciénagas, ríos y sabanas de Córdoba y el Caribe, aprendiendo de la tradición oral y transmitiendo sus enseñanzas a cada rincón que visitaba.

Sus aportes no se limitaron a la danza y la música. 'Bambazú' fue un defensor de la identidad cultural, luchando por que las tradiciones de su tierra no se perdieran con el tiempo. En cada evento, su presencia era garantía de autenticidad y compromiso con las raíces del pueblo.

¿Qué hizo por Ayapel?

Aunque tuvo la oportunidad de abandonar Ayapel en busca de otros horizontes, siempre regresó. "Esta es mi tierra, aquí está mi corazón", solía decir. Su trabajo con el Ballet Folclórico no solo llevó las danzas típicas a escenarios nacionales, sino que también sirvió para formar a nuevas generaciones en el amor por su cultura.

Fue un maestro y amigo para los jóvenes de Ayapel, quienes lo veían como un ejemplo de dedicación y perseverancia. Su legado sigue vivo en cada baile, cada tambor y cada tradición que se mantiene gracias a su incansable labor.

Paz en su tumba.