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Más de 13 mil hectáreas han sido entregadas a familias campesinas como parte de la reforma agraria impulsada por el gobierno.

En los Montes de María, una región marcada por décadas de conflicto armado, las familias campesinas están recuperando sus tierras y reconstruyendo sus vidas. Desde el inicio de la reforma agraria liderada por el gobierno de Gustavo Petro, más de 13 mil hectáreas han sido entregadas a pequeños productores que durante años fueron despojados.


La Agencia Nacional de Tierras (ANT), bajo la dirección de Felipe Harman Ortiz, ha identificado miles de hectáreas ocupadas de manera irregular por empresarios, políticos y grupos armados. A través de un esfuerzo conjunto con la Unidad de Víctimas, ya se han destinado $700 mil millones para adquirir y redistribuir tierras, beneficiando a cientos de familias afectadas por el desplazamiento forzado.


En municipios de Sucre y Bolívar, como El Salado y Chengue, donde ocurrieron algunas de las masacres más recordadas, los campesinos no solo están recuperando su sustento, sino también la esperanza. Ahora cultivan maíz, yuca y plátano, productos que comercializan con entidades locales, asegurando su autonomía económica.


A pesar de los avances, los desafíos persisten. La ANT ha denunciado presiones de actores locales y clanes familiares que buscan mantener el control de terrenos fértiles. Sin embargo, el gobierno y la Fiscalía trabajan para recuperar más predios y garantizar la reparación efectiva de las víctimas.


La experiencia de Montes de María se convierte en un ejemplo de cómo la justicia agraria puede transformar comunidades, devolviendo dignidad y construyendo un futuro de paz


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