En un dramático informe global, la violencia de género sigue cobrando la vida de miles de mujeres, mientras se urge a la implementación de medidas más estrictas para frenar el feminicidio. |
El feminicidio: un flagelo global que sigue sin freno
El informe de ONU Mujeres y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, revela cifras desgarradoras. En América, el 58% de los feminicidios son cometidos por la pareja, mientras que en Europa esa cifra asciende al 64%. África, por su parte, se convierte en la región con el mayor número de víctimas, destacando la urgencia de adoptar medidas contundentes para evitar que esta violencia continúe.
El informe también subraya la necesidad de fortalecer sistemas judiciales que protejan a las sobrevivientes, ofrezcan mecanismos de denuncia seguros y desmantelen los prejuicios de género que perpetúan este ciclo de violencia.
El feminicidio no es solo una tragedia individual, es un reflejo de la desigualdad estructural y la violencia sistémica que debe ser erradicada con urgencia. "Un liderazgo mundial unido es necesario para poner fin a esta crisis", afirma Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres.
La violencia de género, un problema prevenible
El informe apunta a la importancia de una respuesta temprana ante la violencia de género, destacando que muchos feminicidios son evitables mediante intervenciones oportunas y efectivas. La educación y el cambio de las normas sociales son claves para erradicar este flagelo, junto con medidas judiciales más estrictas y campañas públicas de concientización.
Las campañas como 'Ni Una Menos' han logrado generar una mayor conciencia social, pero aún queda mucho por hacer para proteger a las mujeres de la violencia en todas sus formas.
“La violencia contra las mujeres puede evitarse. Necesitamos una respuesta global, urgente y decidida”, concluye Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC.
El feminicidio sigue siendo una de las formas más extremas de violencia de género y, aunque las estadísticas son desgarradoras, las estrategias para prevenirlo son claras: educación, justicia y conciencia social.
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