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El diputado Gabriel Calle Aguas enfrentó duros señalamientos durante el debate de control político sobre el PAE, señalado como una supuesta cortina de humo ante las graves acusaciones contra su familia.
En medio de tensas arengas y mensajes contundentes, se llevó a cabo este martes 19 de noviembre un debate de control político en la Asamblea de Córdoba, convocado por el diputado Gabriel Calle Aguas para discutir presuntas irregularidades en el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Sin embargo, el foco de atención se desplazó rápidamente hacia las graves acusaciones que pesan sobre Calle Aguas y su familia, relacionadas con el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).


El ambiente en la sesión estuvo marcado por pancartas y reclamos de ciudadanos que señalaron al diputado y a su familia como beneficiarios de recursos desviados del contrato de carrotanques en La Guajira. Según las declaraciones de Osnaider Pinilla y Olmedo López, exdirectivos de la UNGRD, el representante a la Cámara Andrés Calle Aguas, hermano del diputado, habría recibido 1.000 millones de pesos en su apartamento en el barrio La Castellana, dinero que supuestamente financió las campañas de Gabriel Calle Aguas a la Gobernación de Córdoba y de su padre, Gabriel Calle Demoya, a la Alcaldía de Montelíbano.


La Corte Suprema de Justicia ya abrió una causa criminal contra Andrés Calle, mientras que la Fiscalía investiga indicios que vinculan los recursos malversados con las campañas políticas de su familia. Estas acusaciones han generado indignación en la opinión pública y en la comunidad local.


“Antes de venir a montar un circo en la Asamblea, deberían estar dando explicaciones al país sobre la plata que le entregaron a su hermano”, expresaron algunos asistentes. Además, pancartas con mensajes como “El diputado Gabriel y su padre perderán sus credenciales porque sus campañas fueron financiadas con plata de la UNGRD” resumieron el malestar ciudadano durante la sesión.


El debate, que originalmente buscaba centrar la atención en el PAE, terminó por convertirse en un escenario de reclamos hacia el clan Calle Aguas, evidenciando el impacto político y social del escándalo que amenaza con desestabilizar el panorama político en Córdoba.




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