Arnobis Zapata y Cervelión Cogollo, reconocidos defensores campesinos, enfrentan amenazas de muerte mientras la violencia crece en la región. |
Zapata y Cogollo, quienes han dedicado años a la defensa de los derechos de los campesinos y al desarrollo rural en Córdoba, gozan del respeto de las comunidades que representan. Sin embargo, estas acusaciones infundadas buscan justificar el hostigamiento en su contra, colocando sus vidas en grave riesgo.
Uno de los episodios más alarmantes ocurrió en la hacienda El Coco, Montelíbano, donde un representante campesino fue confundido con Cogollo y estuvo a punto de ser asesinado por un grupo armado. Afortunadamente, fue reconocido por otros campesinos antes de que ocurriera una tragedia. Este incidente demuestra la impunidad con la que actúan estos grupos ilegales en la región, sin control alguno por parte de las autoridades.
Además, los campesinos han sido advertidos de no asociarse con Zapata y Cogollo, bajo amenaza de ser considerados también objetivos militares. Esto ha sembrado el terror en las zonas rurales del sur de Córdoba, donde organizaciones como ACSUCOR y ASODECAS, a las que pertenecen los líderes amenazados, se han convertido en blancos de la violencia.
La creciente inseguridad no solo afecta a los líderes campesinos, sino también a defensores de derechos humanos y organizaciones sociales. Los grupos armados, que buscan controlar el territorio y el narcotráfico, operan como estructuras paramilitares, imponiendo su ley a costa de las comunidades.
La urgencia de la intervención del Estado se hace cada vez más evidente, pues la vida de estos líderes está en constante peligro y las comunidades rurales sufren bajo el dominio del crimen organizado.
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