El prestamista, furioso por la falta de pago, desató su ira contra la mascota, evidenciando la creciente violencia en disputas por retrasos de pagos en la región. |
Según testigos, el prestamista, al ver que la anciana no podía cumplir con el pago, reaccionó de forma agresiva y arremetió contra el animal, causando un daño considerable al pobre perrito.
Este tipo de actos, motivados por la presión y el estrés económico, no son aislados. Cada vez son más frecuentes los reportes de cobradores que amenazan de muerte a sus clientes debido a los retrasos en los pagos, lo que genera un clima de temor y violencia en la comunidad.
Organizaciones de derechos animales y defensores de los derechos humanos han condenado este ataque, señalando que refleja un problema más amplio en la sociedad.
"No solo es inaceptable agredir a un ser vivo por una deuda, sino que también es un síntoma de una crisis social donde la desesperación de algunos lleva a cometer actos irracionales", afirmó un representante de una ONG local.
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