‘El Tigre de María La Baja’ falleció hace una década, dejando éxitos memorables y anécdotas que siguen sacando sonrisas entre sus seguidores. |
Enrique Díaz nació en un lugar tan remoto que, según él mismo, “ni los Testigos de Jehová llegan”. A lo largo de su carrera, dejó huella no solo por sus canciones, sino también por su carácter jocosamente irreverente. En una ocasión, un niño le devolvió un billete de mil pesos que se le había caído, a lo que Díaz respondió entre risas: "Si hubiera sido de cinco mil, no me lo traes corriendo".
La vida de Díaz estuvo marcada por éxitos musicales como La caja negra y La gordita, pero también por anécdotas inolvidables. Su hijo Jaime recuerda una de las últimas: cuando le llevó una imagen del Divino Niño a la clínica, Enrique, con su característico humor, respondió: "Yo no hago negocio con pelaos, y menos si son relacionados con la salud".
Hoy, a diez años de su partida, el legado de Enrique Díaz sigue vivo en cada acorde de su música, en cada carcajada que provocan sus historias, y en el cariño de quienes lo conocieron y admiraron su autenticidad.
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