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Con la formalización de tierras, las familias pueden acceder a créditos, proyectos productivos y beneficios estatales, marcando un hito en la reparación colectiva y la reforma agraria.


El presidente de la República, Gustavo Petro, asistió este viernes a la entrega de 52 títulos de propiedad a familias campesinas víctimas del conflicto armado en el corregimiento El Aro, municipio de Ituango, en el norte de Antioquia. Este acto representó una jornada histórica de formalización de tierras, devolviendo la propiedad a sus legítimos dueños.


El corregimiento El Aro fue escenario de una masacre hace 27 años, en la que 17 campesinos fueron asesinados por grupos paramilitares. La iglesia local fue testigo del vaciamiento del pueblo tras el incendio de 60 casas y el desplazamiento forzado de unas 1.400 personas que abandonaron todo para salvar sus vidas.


El presidente Petro estuvo acompañado de Laura Camila Sarabia Torres, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), y Juan Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT). Con este acto de reparación colectiva en el marco de la reforma agraria, el gobierno del cambio entregó los títulos de formalización de la tierra, acreditando a las familias beneficiarias como sus legítimos dueños.


Con el documento que reafirma su propiedad, estas familias pueden acceder a créditos, proyectos productivos y todos los beneficios que les brinda el Estado para vivir con dignidad, inclusive para heredar la tierra a sus hijos.


“Parte de la responsabilidad que tenemos como Estado es que la ilusión vuelva a florecer en este territorio, que las familias retornen y se quieran quedar, que vivan en condiciones dignas, que la entrega de estos títulos signifique que los campos del norte de Antioquia vuelvan a ser productivos de café, de tomate, frijol y maíz”, afirmó el director de la ANT.


El funcionario agregó que la reforma agraria busca promover la agricultura antioqueña, campesina y familiar. “No hay otro objetivo que no sea hacer propietarias a estas familias de lo que nunca debió habérseles arrebatado”.


 




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