Colombiano en Suiza relata la sencillez y generosidad de los ricos que lo emplean: ‘No saben qué hacer con tanta plata’ |
“Los voy a poner en contexto rápidamente, a mí me contrata una señora acá en Ginebra, en una de las partes más exclusivas. Al llegar, veo esa casa y digo, ¡qué belleza!”, cuenta Miguel.
Desde su llegada a Suiza, Miguel ha tenido varios empleos y actualmente trabaja en jardinería. En un día particularmente caluroso, su jefa le preguntó si tenía calor y, al responder afirmativamente, lo sorprendió al comprarle un short y llevarlo a una playa privada para que se refrescara en el lago.
“Cosas de ricos, ella sale, agarra su Mini Cooper y se va. A los 20 minutos vuelve y me dice: ‘Toma Miguel, te compré este short, para que vayas y te refresques un poco en el lago. Yo te acompaño porque es una playa privada’. Al entrar al lugar, quedé asombrado, es un sitio reservado solo para su familia”, añadió Miguel.
Modelo a Seguir?
Podría servir como modelo o inspiración para empleadores colombianos en términos de humanizar las relaciones laborales y considerar el bienestar integral de sus empleados, promoviendo un entorno más empático y generoso.
En resumen, esta historia destaca las diferencias culturales y socioeconómicas entre Suiza y Colombia, ofreciendo una visión de cómo una mayor riqueza y una cultura de generosidad pueden influir positivamente en las relaciones laborales y la calidad de vida de los trabajadores.
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