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El partido entre Argentina y Marruecos fue interrumpido por actos vandálicos y, tras una larga espera, se confirmó la anulación del gol que hubiese llevado el encuentro a un empate.


El inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha estado marcado por uno de los mayores escándalos en la historia del fútbol olímpico. El partido de fútbol masculino entre Argentina y Marruecos, celebrado en el estadio de Saint-Étienne, se vio envuelto en caos y controversia tras una sorprendente decisión del VAR.


En el minuto 106 del encuentro, con Argentina perdiendo 2-0, Cristian Medina, jugador de Boca Juniors, marcó un gol que parecía llevar a la Albiceleste al empate 2-2. Sin embargo, en medio de la celebración argentina, un petardo explotó cerca de los jugadores y provocó una invasión de campo por parte de los aficionados marroquíes. La situación llevó al árbitro sueco Glenn Nyberg a interrumpir el partido y enviar a los jugadores a los vestuarios por razones de seguridad.


A pesar de que quedaban solo unos minutos de juego y el árbitro había añadido 16 minutos de descuento, los jugadores se mostraron renuentes a continuar debido al temor por la invasión y los actos vandálicos.


Lo más sorprendente ocurrió dos horas después de la interrupción, cuando el VAR tomó la decisión de anular el gol de Medina. La revisión determinó que el tanto fue inválido debido a una posición de fuera de juego de su compañero Amione en la jugada previa.


El partido se reanudó a puerta cerrada, se anuló el gol de Medina y Marruecos se llevó la victoria por 2-0. Este incidente ha sido calificado como uno de los eventos más surrealistas en la historia reciente del fútbol, comparable solo a situaciones extremas como la fallida pena máxima de Carrasco en el Atlético de Madrid contra Bayer Leverkusen.


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