En el barrio Cantaclaro, un hecho delictivo provocó una violenta reacción por parte de la comunidad. Un individuo, aprovechando lo solitario del lugar, perpetró el robo de un celular a una joven a plena luz del día y en vía pública.
El presunto delincuente, al parecer, pensó que podría huir sin ser atrapado, pero la rápida acción de un vecino cambió el rumbo de los acontecimientos. Al intentar escapar en una moto, fue interceptado por residente, quien intentó detenerlo. Sin embargo, el ladrón embistió al vecino y continuó su fuga a toda velocidad.
El destino jugó en su contra cuando, más adelante, chocó y dañó la parte delantera de la moto, lo que le obligó a abandonar el vehículo y correr para salvar su vida. Pero la comunidad no estaba dispuesta a dejarlo escapar impune. Algunos testigos lograron alcanzar al ladrón y lo bajaron del vehículo.
Lo que siguió fue un acto de "justicia por mano propia". En un acto de ira y represalia, la comunidad retuvo al presunto delincuente y lo golpeó con piedras y palos en un intento de impartir un castigo por su intento de robo. Este hecho resalta la creciente preocupación por la seguridad en la zona.
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