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El sargento viceprimero Aldana ha admitido ante la Inspección del Ejército Nacional y las Fuerzas Militares que tomó la decisión de disfrazarse junto a un cabo y 8 soldados como miembros de una disidencia de las FARC para amenazar a indígenas y campesinos en la vereda Bocas de Manso, municipio de Tierralta, Córdoba.


A pesar de su admisión, el sargento Aldana no ha revelado las razones detrás de su orden para que la tropa se hiciera pasar por criminales. La Fiscalía y la Procuraduría serán las encargadas de llevar a cabo las respectivas investigaciones.


Como resultado de esta revelación, el comandante del Ejército Nacional, general Luis Ospina, ha decidido retirar de manera definitiva a estos militares que aparecieron en un video amenazando a mujeres con niños en brazos y campesinos de la zona.


Además, se ha retirado a seis oficiales y dos suboficiales más por omisión en el control de la tropa, incluyendo al comandante de la Brigada 11, coronel José Edilberto Lesmes Beltrán, y el Sargento Mayor de Comando, Juvenal Mahecha, adscrito a esa unidad.


Asimismo, se encuentran el comandante, el segundo al mando, los oficiales de operaciones y de inteligencia, y el sargento mayor del Batallón de Infantería N.33 ‘Batalla de Junín’, siguiendo las recomendaciones de la Inspección Militar.


En relación al pelotón que no habría participado directamente en los hechos, se ha ordenado el traslado de 13 soldados profesionales a unidades en el centro del país, específicamente en Cundinamarca, donde desempeñarán labores administrativas y de régimen interno mientras se desarrollan los procesos de investigación activos.


Además, se llevará a cabo una revisión del cumplimiento de la doctrina militar, los protocolos y las normas vigentes en la Séptima División del Ejército Nacional en las próximas dos semanas.


El comandante del Ejército ha enfatizado que se están tomando medidas para fortalecer la formación y capacitación en las Escuelas de formación y en los Batallones de Instrucción, Entrenamiento y Reentrenamiento, con el objetivo de evitar comportamientos individuales que vayan en contra de las políticas y lineamientos institucionales.


Los eventos en la vereda Bocas de Manso ocurrieron en el contexto de un intento de allanamiento por parte de la Brigada 11 en la zona rural del municipio de Tierralta, Córdoba, con el propósito de incautar armamento y otros elementos relacionados con el narcotráfico que se creía estaban en caletas pertenecientes al Clan del Golfo.


Sin embargo, el teniente Niño, líder del pelotón, manifestó problemas relacionados con el estrés postraumático antes de llegar al objetivo, por lo que un grupo de soldados quedó con él. El sargento viceprimero Aldana asumió el mando de la tropa a poco más de dos kilómetros del objetivo y decidieron disfrazarse de disidencias de las FARC para intimidar a la población en lugar de llevar a cabo la operación planificada contra el Clan del Golfo.


El sargento Aldana admitió este comportamiento ante la Inspección del Ejército Nacional y las Fuerzas Militares, aunque no proporcionó detalles sobre sus motivaciones para tomar esta decisión y amenazar a indígenas y campesinos haciéndose pasar por miembros de las disidencias de las FARC.

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