Uno de los problemas más graves es la suspensión frecuente de las actividades académicas debido a la contaminación y los malos olores que emanan del relleno sanitario. Los estudiantes y el personal docente se ven obligados a interrumpir sus labores en repetidas ocasiones, lo que afecta negativamente el proceso de aprendizaje y la calidad de la educación que se brinda en la institución.
Además de la interrupción de las clases, la presencia constante de moscas y otros vectores de enfermedades en el entorno escolar ha generado preocupaciones adicionales. La comunidad educativa se siente vulnerada por esta situación, ya que pone en riesgo la salud y el bienestar de los estudiantes y el personal docente.
Los padres de familia, en conjunto con los docentes y los propios estudiantes, han expresado su frustración y han instado a las autoridades a tomar medidas inmediatas para abordar este problema. Exigen una intervención urgente del gobierno nacional y departamental para encontrar soluciones que permitan continuar con las actividades educativas de manera adecuada.
Esta crisis ambiental en la Institución Educativa Madre Bernarda es un ejemplo alarmante de cómo la falta de planificación en la disposición de desechos sólidos puede tener un impacto devastador en la comunidad y, en particular, en el ámbito educativo. La situación resalta la necesidad de una gestión ambiental más efectiva y sostenible que proteja la salud de la población y garantice un entorno adecuado para la educación.
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