El coronel José Edilberto Lesmes, quien recientemente ocupó el cargo de comandante de la Brigada 11 del Ejército Nacional, ha declarado que su salida de la institución es injusta. Esta afirmación surge en medio de las investigaciones en curso relacionadas con la incursión de militares que se hicieron por disidencias de las FARC y llegaron a la vereda Bocas del Manso en Tierralta, Córdoba.
El coronel Lesmes, a pesar de estar de vacaciones en ese momento, fue uno de los 18 militares retirados del Ejército debido a las denuncias de la comunidad que fue amenazada y amedrentada por ocho soldados y dos suboficiales. Según fuentes consultadas por W Radio, esta decisión se tomó debido a su "omisión y falta de control" para prevenir estos incidentes.
El coronel Lesmes respondió a estas acusaciones, afirmando que sus vacaciones ya habían sido aprobadas por el propio Ejército y que se enteró de los hechos mientras estaba de permiso. Inmediatamente suspendió sus vacaciones y se consideró comandante. Argumenta que su expulsión de la institución es injusta, ya que en el momento de los hechos, el mando de la segunda Brigada estaba a cargo del comandante debido a su ausencia por vacaciones.
El coronel Lesmes también habló sobre las acusaciones de omisión, afirmando que durante sus nueve meses como comandante de la Brigada, siempre supervisaba las operaciones y realizaba recomendaciones para los movimientos de las unidades. Además, aclaró que el pelotón militar que llegó a Tierralta no estaba llevando a cabo un allanamiento, sino que había sido desplegado como apoyo a otra unidad en la zona base del Clan del Golfo.
En cuanto a las circunstancias exactas de lo sucedido en Tierralta, el coronel Lesmes declaró: "una vez se llega ahí, desconozco la intención del personal para tomar esa determinación".
El comandante saliente también refutó la afirmación de que el teniente a cargo de la unidad militar tenía problemas de salud, señalando que no había solicitudes de citas médicas ni registros escritos al respecto. Concluyó afirmando que se va "con la frente en alto" y que su gestión como comandante fue transparente y eficaz, respaldada por los resultados operacionales obtenidos durante su mandato. Su sorprendente expulsión de la institución militar lo ha dejado desconcertado y sin comprender las razones detrás de esta decisión.
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