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Las declaraciones de la excongresista Zulema Jattin han generado un fuerte revuelo en la política colombiana. En su testimonio ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Jattin mencionó al expresidente.


e Álvaro Uribe y lo involucró en una conversación sobre la prohibición de candidaturas impuestas por grupos paramilitares en el pasado. Según Jattin, en lugar de respaldarla para denunciar esta situación, Uribe le habría sugerido abstenerse de competir si carecía de pruebas sólidas contra los paramilitares.


La respuesta de Álvaro Uribe no se hizo esperar. El exmandatario reafirmó su versión de los hechos, sosteniendo que, en el año 2002, cuando supuestamente tuvo esa conversación con Jattin en su finca de El Ubérrimo, habrían solicitado pruebas escritas de las acusaciones que ella planteaba. Además, Uribe expresó que si llega a determinar que las afirmaciones del excongresista carecen de fundamento y que fueron realizadas con el objetivo de obtener beneficios en la JEP, presentará una denuncia ante la justicia.


Estas acusaciones y contra respuestas tienen un alto impacto en el panorama político colombiano, especialmente en un contexto en el que la JEP está investigando a varios actores políticos y militares por su presunta participación en crímenes cometidos durante el conflicto armado. El caso de Zulema Jattin y su relación con Álvaro Uribe añade un nuevo elemento de controversia y tensión en el escenario político del país.



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