El asesinato del médico loriquero Edwin Arrieta Arteaga en Tailandia ha conmocionado al mundo, y nuevos detalles sobre este trágico evento han comenzado a surgir. Las autoridades tailandesas han revelado cómo lograron detener a Daniel Sancho y cómo pruebas inesperadas fueron cruciales para descubrir la verdad detrás del asesinato.
Fuentes oficiales han revelado que las pistas que llevaron a la captura de Daniel Sancho se originaron el 3 de agosto, un día después del asesinato de Edwin Arrieta. El hijo de Rodolfo Sancho, el acusado, ingresó a un hotel con su mano vendada, alegando que se había lastimado al pelar un coco. Sin embargo, su comportamiento levantó sospechas cuando abandonó el hotel de manera arrepentida y se dirigió a un restaurante local.
En el restaurante, Sancho olvidó una mochila que contenía un cuchillo, una gasa y rastros de sangre, lo que levantaba aún más sospechas. Las autoridades también descubrieron evidencia macabra en un vertedero cercano, incluyendo restos humanos y un recibo que vinculaba la compra de elementos utilizados en el crimen.
Con esta información, las autoridades identifican a Daniel Sancho como el principal sospechoso. El análisis de sus redes sociales llevó a la ubicación del restaurante, donde había desayunado y abandonada la mochila negra, que contenía el cuchillo y la gasa, elementos cruciales para la investigación.
Además del descubrimiento del arma homicida, se ha revelado una conexión comercial previa entre Daniel Sancho y Edwin Arrieta, quienes compartían vínculos empresariales anteriormente desconocidos. Sancho había planeado asociarse con Arrieta en el negocio de una cadena de hamburgueserías en España, aunque su estilo de vida ostentoso y sus propiedades arrendadas en Montería han arrojado sombras sobre su capacidad para invertir en el proyecto. Samira Dumett, abogada cercana a la familia Arrieta, expresó preocupación por esta asociación y aconsejó al médico que no confiara demasiado en Sancho y sus amigos.
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