Cuando se percataron de que estaban siendo grabados, la joven volteó hacia la cámara y sonrió, mientras el sacerdote continuaba bailando. Al parecer, ambos se encontraban en una fiesta de una iglesia en Brasil, donde en el mes de junio se realiza una escenificación nupcial en honor a Santo Antônio, São João y São Pedro.
Aunque la Iglesia católica no tiene una postura específica sobre si los sacerdotes pueden o no bailar, para muchos esta acción no es acorde con el comportamiento esperado de un religioso, lo que generó duras críticas hacia el sacerdote en cuestión.
Hasta el momento, el polémico video ha acumulado más de cinco millones de reproducciones y ha generado cientos de comentarios por parte de los internautas, quienes expresaron opiniones a favor y en contra. Sin embargo, también hubo quienes señalaron que se trataba de un disfraz y que el hombre en cuestión no era realmente un sacerdote.
Comentarios como "El padre del barrio", "Claramente no es sacerdote", "¡Sacó los prohibidos!", "Este padre quiere ser padre", "Así deberían ser todos los padres, los veríamos más humanos" y "Son sujetos, igual que nosotros", pueden leerse en la publicación, reflejando las diferentes posturas de los usuarios.
En cuanto a la pregunta de si los sacerdotes pueden bailar, el portal católico "Defiende tu fe" señala que el baile en sí mismo no es moral o inmoral, sino que depende de la actitud y la intención con la que se realice. Si se baila de forma digna y respetuosa, evitando la vulgaridad o el exhibicionismo, no hay nada intrínsecamente malo en ello, puntualiza el sitio web.
Esta controversia ha desatado un debate en torno a las acciones y comportamientos esperados de los líderes religiosos, y ha puesto en relieve la diversidad de opiniones en relación con las normas y expectativas en torno a la conducta de los sacerdotes.
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