Una queja ha sido presentada por un paciente en el hospital San Diego de Cereté, luego de haber llevado a su padre con un fuerte dolor abdominal.
La persona denuncia que su padre no recibió medicación alguna, ya que según la enfermera no había sistema y el doctor no había autorizado su colocación. Además, las condiciones en las que se encontraba la sala de urgencias eran pésimas, con un olor putrefacto y sin aire acondicionado.
La atención recibida por los pacientes fue calificada como "devastadora". Este caso no es aislado, ya que otros pacientes en situaciones similares decidieron hacer el retiro voluntario.
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