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El presidente Gustavo Petro le anunció al país con bombos y platillos, el 29 de octubre de 2022, que hizo un “acto histórico” para su reforma agraria desde Montería, Córdoba, al firmar la supuesta entrega de una hacienda de 591 hectáreas y avaluada en 8.503 millones de pesos, que les perteneció a los paramilitares y que –según él– quedaba en manos de 50 grupos familiares campesinos. Pero la realidad es otra: a la fecha no han recibido ni un centímetro de esas tierras.


En ese evento, en el que estuvieron la ministra de Agricultura, Cecilia López, y el director de la Sociedad Activos Especiales (SAE), Daniel Rojas, el Jefe de Estado estampó su firma en un pendón con el que prometió entregar la hacienda Támesis –que le fue incautada a los hermanos Castaño– a 50 familias locales, pero se trató de un anuncio de papel, ya que los supuestos beneficiarios no la recibieron.


79 días exactos han pasado desde ese anuncio y los campesinos aún esperan las 10 hectáreas que el Presidente dijo que le entregaría a cada familia, según denunció el representante a la Cámara Hernán Cadavid, del Centro Democrático. El antioqueño le envió un derecho de petición a la SAE sobre esa supuesta entrega de tierras y la misma entidad le confirmó que el megapredio no fue entregado como aseguró el Presidente.


“No existió entrega, como se aseguró, ni transferencia del predio. Tampoco es claro cuáles familias podrían ser las beneficiadas con el inmueble. Entonces, ¿qué anunciaron?’”, cuestionó el Representante.


¿Anuncio solo en el papel?


El Jefe de Estado contrató, a través de la Casa de Nariño, el evento por 58,2 millones de pesos para hacer la supuesta entrega de las tierras, y afirmó que las familias beneficiarias podrían emprender proyectos productivos en esas tierras que, aseguró, son fértiles para la siembra de productos como el maíz o la yuca. No obstante, esos recursos se invirtieron en un acto cuya principal promesa solo estaba en el papel.


“Esto que estamos haciendo aquí es una política socialmente diferente, porque no estamos entregando una limosna, estamos entregando el control de uno de los principales activos de la nación, que es la tierra, y la tierra es un instrumento de producción”, planteó Petro en la tarima.



El Mandatario les dijo a las familias campesinas que recibirían esas tierras, pero no tuvo en cuenta que esto no sería tan sencillo, pues se tenían que cumplir una serie de trámites. Por eso, la SAE tuvo que aclarar que “no se adelantó la entrega del predio sino la formalización de un acuerdo entre las entidades del orden nacional y territorial (entre ellas la Unidad de Víctimas) encargadas de adelantar el proyecto para la entrega de tierras para la paz total”.


Al respecto, Cadavid criticó que –sin hacerse efectiva la entrega del predio a las familias campesinas– lo que realmente existió fue simplemente un acto protocolario.


“Es decir que la foto de la firma le costó al país casi 60 millones de pesos”, apuntó.

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